La fuerza del ser humano para ayudar a los demás
Lo único capaz de salvar a un ser humano es otro ser humano.
(Médicos Sin Fronteras, "[Eslogan de la la campaña] 'Ser humano salva vidas'", https://serhumano.msf.es, 26-11-2013)
Seguramente muchos de nosotros procuramos sujetar en
parte los efectos internos que provoca ese instinto primario que nos lleva a
estremecernos ante las desgracias del otro; y lo hacemos para que la fuerza
arrebatadora de esa emoción proactiva no arramble con todas nuestras
seguridades ni desestabilice en exceso los pilares de nuestro muchas veces
cómodo y acomodado estilo de vida. Pero, por muy anestesiados que estemos en
ocasiones, nunca debemos olvidar que, si llegamos a perder la capacidad de
conmovernos cuando nuestros semejantes sufren, estaremos renunciando a lo que
verdaderamente nos hace humanos. Y ese es un lujo que no podemos ni queremos permitirnos.
Por eso, se abre camino la compasión, esa comprensión que nos empuja a desear
eliminar o, como mínimo, aliviar cuanto sea posible el padecimiento del otro.
Efectivamente, ser humano es lo que salva vidas: las de quienes sufren, pero también las de quienes no permanecen indiferentes ante ello.
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