Experiencias lectoras que nos cambian: la novela _Crepúsculo_
La novela Crepúsculo (2005) de Stephenie Meyer es un relato que narra la vida de Isabella, una adolescente mediocre, que nunca ha resaltado en nada. Después de un reciente matrimonio de su madre con un jugador de las ligas menores de béisbol, Bella decide marcharse a vivir con su padre a la lluviosa Forks. Ya en el primer día en su nuevo instituto, la joven conoce a los Cullen, a quienes sus compañeros de clase definían como misteriosos y huraños. Bella empieza a sentir una intensa atracción hacia ellos y, en particular, hacia Edward Cullen. En el transcurso de la relación que entabla con los hermanos, descubrirá que son vampiros. A pesar de eso, acaba enamorándose de Edward y empieza a salir con él, lo que conlleva una espiral de horror y tragedia. Al relacionarse con una familia de vampiros, Bella queda expuesta a
muchos peligros. Entre ellos están los sádicos vampiros cadazores que quieren acabar con
su vida, lo que dista mucho de la forma de vida de los Cullen, ‘’vegetarianos’’ por abstenerse a beber sangre humana.
Más allá de lo atractiva que pueda resultar esta trama, recomiendo esta obra porque modificó mi experiencia como lectora definitivamente. Compartiré la anécdota de cómo sucedió para que se vea mejor en qué sentido se produjo dicho cambio.
Una tarde de mi última infancia, acababa de terminar un libro de Kika Superbruja y, como no encontraba ninguna otra obra de mi gusto, acudí a mi hermana:
-Mmm…-murmuraba ella mientras echaba una ojeada a la estantería- ¡Ya
sé! Toma, lee Crepúsculo.
A mí no me convencía.
-Es de vampiros... ¿No me dará
miedo? -contesté.
-Qué va, tonta, te gustará; es de amor -reaccionó ella.
Así que finalmente me animé a leerlo. Y así cambió todo. Empecé esa misma tarde; devoré esa novela en apenas dos días, cuatrocientas largas páginas en tan solo cuarenta y
ocho horas. Fue increíble: era capaz de imaginar las escenas del libro en mi cabeza; pensaba en los Cullen y en Bella. Casi era capaz de sentir ese amor hacia el personaje Edward
Cullen yo misma. "Ridículo", podrán pensar algunos; pero lo cierto es que no exagero si digo que esta novela me cambió mucho, como lectora y en la manera de pensar y de ver las cosas.
(Rocío Vicente, alumna de 3º A de ESO)
(Rocío Vicente, alumna de 3º A de ESO)
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