La lectura como viaje en un pasaje de Martín Gaite

(...) Aquel rey-librero de Morningside, del que apenas sabía nada, había existido. Y había sido el primero en inyectarle sus dos pasiones fundamentales: la de viajar y la de leer. Y las dos se fundían en otra, porque leyendo se podía viajar con la imaginación, o sea soñar que se viajaba.  

(Carmen Martín Gaite, Caperucita en Manhattan [1990], primera parte, cap. II)

     

     Para esta semana propongo un pequeño fragmento de uno de mis libros favoritos. Lo he elegido porque creo que describe de una forma muy precisa una de las sensaciones que experimentamos al leer, ya que, cuando nos adentramos en una historia, al fin y al cabo emprendemos un viaje para conocer un lugar completamente diferente al nuestro, y todo ello lo hacemos sin movernos de casa. Y, desde la experiencia personal, puedo afirmar que, en la mayoría de los casos, se trata de un viaje que nos transporta a lugares muy interesantes.

(Ana Manzano Solans, alumna de 1º D de Bachillerato Internacional)