Rafael Nadal, ejemplo de la cultura del esfuerzo y de sabiduría práctica

Evidentemente, me gusta ganar, pero lo que me encanta es el esfuerzo, tener la sensación de hacerlo lo mejor que puedo. Eso es lo que me hace feliz, saber que yo he hecho todo lo que he podido. (...) Lo que nunca te debes permitir es perder por falta de fuerza de voluntad. Siempre tienes que aguantar, no importa cómo sea de remota la posibilidad de ganar.

(Rafael Nadal, en el reportaje "Rafa Nadal y Clara Alonso, la fiesta continúa", Vanity Fair, 62 [octubre de 2013]) 


     Rafael Nadal es una de las figuras públicas españolas que más admiro, como profesional y por la imagen personal que ofrece. Y la cita de esta semana pone de manifiesto alguna de las razones que lo explican: esa tenacidad que no se funda en la expectativa de los laureles, sino en la certeza íntima de que hay que continuar por el camino de lo bien hecho, incluso cuando esto implica un gran sacrificio (cuántas lesiones, cuánta lucha para recuperar la forma...), y de que los triunfos son solamente un posible jalón a esa senda que en sí misma constituye ya el verdadero éxito, el de quien batalla sin descanso por dar lo mejor de sí mismo. El indiscutible talento tenístico del manacorí se ha ido abriendo camino por encima de los malos momentos físicos y del tener que volver a empezar de nuevo, con ayuda de una enorme fortaleza psicológica -ejemplo de resiliencia- y una convicción profunda de que hay que intentar seguir adelante, hasta en los momentos más difíciles. Las lágrimas emocionadas de nuestro deportista son las de quien sabe todo el esfuerzo y el sufrimiento que hay detrás de cada nueva copa; y eso es precisamente lo que conmueve y hace que Nadal tenga sobradas razones para enorgullecerse de su trayectoria y nosotros innumerables motivos para admirarlo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Marie Curie o la ciencia como vía de comprensión del mundo

Los alumnos de 1º de ESO dan la vuelta al mundo en ochenta clics: actividad de familiarización de usuarios en la Biblioteca municipal Antonio Durán Gudiol