Los cargos políticos deben estar sometidos a la ley, como señalaba Cicerón
Ut enim magistratibus leges, ita populo praesunt magistratus, vereque dici potest, magistratum esse legem loquentem, legem autem mutum magistratum.
(Marcus Tullius Cicero, De legibus, III, 2[Por lo tanto, de igual manera que las leyes están por encima de los cargos políticos, así los cargos políticos gobiernan al pueblo, y puede decirse que verdaderamente el cargo político es la ley que habla y también que la ley es el cargo político mudo.]
= Marco Tulio Cicerón, Sobre las leyes, III, 2)
En su diálogo Sobre las leyes, Cicerón reflexiona sobre la importancia de los magistratus, que hemos traducido por "cargos políticos", entendiendo que este sintagma integraría a todos aquellos cargos electos o designados por los políticos para regir y gobernar la res publica.
Es pertinente esta reflexión en plena campaña electoral, pues uno tiene la impresión de que numerosos candidatos a cargos políticos, una vez que han conseguido ser elegidos, se olvidan parcialmente de la razón que debe guiar su actividad: la búsqueda del bien común a partir de la aplicación de su programa ideológico.
Para los ciudadanos resulta desolador leer diariamente los casos de corrupción (vale decir, de mala interpretación o vulneración de las leyes en beneficio propio) que manchan a tantos políticos. E igualmente desolador llega a ser que el programa ideológico por el que han obtenido la confianza de los ciudadanos sea relegado en el mismo momento de asumir la responsabilidad de gobierno. Quienes incurren en dichas conductas parecen colocarse por encima de las normas que los obligan a respetar la legalidad y cumplir aquello que han prometido. Creo que no obtendrían la aprobación de Cicerón; la mía, tampoco.
(Fernando Sanz Casasnovas, profesor de Griego)
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