Otra mirada a París, lejos de los tópicos

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, 
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

(César Vallejo, "Piedra negra sobre piedra blanca", en Poemas humanos. España, aparta de mí este cáliz, ed. de Francisco Martínez Gracia,  Madrid: Castalia, 1987, p. 159)

     Hemos elegido este texto de César Vallejo porque nos parece una forma original y diferente de hablar de la ciudad de la luz. París es la urbe romántica por excelencia, blanco de todos los tópicos, y el poema ofrece una visión un poco surrealista y muy personal de la capital ferancesa. La muerte es el eje del poema, una muerte de la cual el autor tiene ya el recuerdo...; el tiempo en este texto lírico va y viene, no es progresivo ya que la voz recuerda algo que aún no ha pasado, pero, cuando pase, será un jueves anodino, como otro cualquiera, como hoy... También es muy original la alusión al motivo de esa muerte en París: "César Vallejo ha muerto, le pegaban/todos (...)" y los testigos son "los días jueves y los huesos húmeros,/ la soledad, la lluvia, los caminos...". Estos últimos versos son emotivos y muy evocadores y, aunque transmiten melancolía, también resultan tiernos e incluso tienen alguna resonancia infantil y siempre alejada del París tópico de los románticos.

(Merche Acín, Patricia Monclús y Jorge Lafragüeta, profesores de Francés)